Corrupción y malos manejos atrapan a delfines

Corrupción y malos manejos ‘atrapan’ a delfines

Fecha de Publicación: 30/03/2008
Fuente: El Universal
País/Región: México


Prevalece descontrol en el manejo de estos animales. Profepa quiere liberarlos. Nadaron en grupo por tres o cuatro años. Quizá en el golfo de México, no se sabe. Fueron separados de su madre. Los atrapó ilegalmente una red de la empresa Convimar con un permiso pirata. El propósito era entrenarlos para que hicieran machincuepas a cambio de alimento, y sacarles ganancias por lo menos 20 años en algún parque de diversiones.
Los desafortunados, dos delfines hembra nariz de botella, que a un año de su captura ilegal, esperan ser liberados en una alberca de agua salada, aunque esto sea más político que una realidad, pues eso de “regresarlos al mar” es sólo buena intención, porque una vez que comen pescado muerto, el entrenamiento ha comenzado.
El Senado de la República los defiende y le pide a la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa) que acelere la liberación y que vigile que no sean entrenados para espectáculos. El subprocurador Ramiro Rubio dice que aún no pueden liberarlos, pues no se sabe a qué comunidad de delfines pertenecen y no los pueden soltar en cualquier mar. Los encargados de Six Flags, que los tienen como huéspedes, las llaman Princesas y aseguran que no los ocupan para los dos espectáculos diarios de delfines, aunque dicen que será difícil liberarlos, pues ya comen pescado muerto.
Han cambiado de casa tres veces. Del océano a un corral compartido. Luego, del corral al entrenamiento en el parque Atlantis, y de ahí a una pequeña alberca en Six Flags. Fueron descubiertas gracias a una denuncia ciudadana. Cuando se los decomisaron a Atlantis, ya tenían un mes entrenándolos y les habían puesto nombres: los llamaron Paris y Cleo. Harían dos shows de martes a viernes, y tres los fines de semana.
Uno de sus entrenadores en Atlantis dijo a EL UNIVERSAL que los planes se vinieron abajo cuando un día apareció la Profepa en el parque reclamando los permisos de Paris y Cleo. Eran ilegales, pues la empresa Convimar obtuvo en 2006 un permiso de la Dirección General de Vida Silvestre de la Semarnat para capturar 10 delfines con fines de investigación, y no para que hicieran gracias en una alberca.
Pero Convimar no es la única empresa que no hace caso a la Ley General de Vida Silvestre y acomoda a su conveniencia la NOM-135-SEMARNAT-2004, que regula la captura para investigación, transporte, exhibición, manejo y manutención de mamíferos marinos. Según Profepa, entre 1998 y 2002 se otorgaron 150 permisos para la captura de delfines, y no se sabe su paradero.
No hay un padrón de delfines. No se sabe cuántos viven en cautiverio ni quién los tiene. Cuántos son legales o ilegales. Tampoco se sabe cuántos han muerto y han sido remplazados por otros de reciente captura, por lo que si alguien tiene un registro de un delfín llamado Flipi y éste se le muere, puede cambiarlo por otro y seguir diciendo que es Flipi, pues no hay una fotografía genética de cada delfín.
El subprocurador reconoce que otras administraciones han tenido malos manejos, y que ha habido corrupción en la captura de delfines, pues “tenemos casos de empresas que sólo se les ha multado con 400 mil pesos cuando un delfín puede dejarles ganancias mayores”, explica Ramiro Rubio.
Cleo y Paris sólo son la punta del iceberg, pues detrás de ellas hay historias de ilegalidad con los delfines. Son también el estandarte de una serie de irregularidades que la Profepa pretende regular en menos de seis meses. “La liberación de estos dos delfines será el comienzo de un mejor manejo de estos animales”, dicen.
“Comenzaremos con un protocolo de liberación de delfines, pues hoy no existe. Tenemos que hacer pruebas a los mamíferos para saber qué características tiene cada población; no es lo mismo la población del golfo de México que la del Pacífico. Tenemos que marcar a cada uno de los delfines que viven en cautiverio y comenzar un registro”, dice.
El Senado también hace sus recomendaciones en el caso y le pide a la Semarnat que acate la ley y lleve a cabo el proceso de reintroducción de dichos ejemplares, y a la Profepa, que realice las visitas de inspección pertinentes a fin de garantizar que estos delfines no sean entrenados ni explotados comercialmente
Tanto para la Profepa como para el Senado estos delfines hembras son candidatos ideales para la liberación a su hábitat. Aunque sus cuidadores dicen otra cosa. Para su primer entrenador en Atlantis, Paris y Cleo sí han sido entrenadas.
Para el entrenador de Tango, uno de los delfines vecinos de Cleo y Paris —las Princesas, como las llaman en Six Flags—, es imposible que estos dos delfines vuelvan a comer por sí solos en el mar. Cita como ejemplo a Richard O’Barry, ex entrenador que trabajó 10 años en la industria del cautiverio del delfín, y los 30 siguientes contra ella. Reconoce que no todos los delfines en cautiverio pueden volver a adaptarse a los océanos, pero sí pueden hacerlo a zonas acotadas en el mar donde pueden experimentar de nuevo el ritmo natural del mar, las corrientes, las mareas, el sol y la emoción de perseguir los peces vivos. Un plan que la Profepa no tiene contemplado. Dicen que harán las pruebas genéticas necesarias para saber a qué comunidad pertenecieron estos dos ejemplares, aunque reconocen que para eso no hay fecha.

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