Cumbre de Copenhague: el día del cierre






La ONU reconoce el acuerdo de Copenhague

Fecha de Publicación: 19/12/2009
Fuente: BBC Mundo
País/Región: Internacional


Pese a la falta de consenso, el plenario de la cumbre del clima de Copenhague decidió "tomar nota" y reconocer el acuerdo no vinculante sobre el cambio climático promovido por Estados Unidos. Venezuela, Bolivia, Nicagua y Cuba fueron los estados más críticos con el texto.
"Tenemos un acuerdo", aseguró el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, después de que la conferencia reconociera el acuerdo propuesto por Estados Unidos, China, Brasil, India y Sudáfrica.
Sin embargo, el máximo responsable de la ONU admitió que es "consciente de que esto es sólo el principio".
"Deberemos transformar esto en un tratado legalmente vinculante el año que viene. La importancia del texto sólo será reconocida cuando se convierta en una ley internacional", matizó Ban.
Para algunos, la decisión "salomónica" que sale de Copenhague es un acuerdo insuficiente, para otros, se trata de un paso en la buena dirección.
"Tras un largo y encendido debate, se encontró la expresión que permite a Naciones Unidas tomar nota del acuerdo y enumerar a los países a favor y en contra del texto", aseguró el analista de temas medioambientales de la BBC, Matt McGrath.

Oposición
El documento encontró la oposición de Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Cuba y Sudán, que argumentaron que las medidas reflejadas son insuficientes para solucionar el problema del cambio climático.
"Muchos estados aceptaron el acuerdo a regañadientes porque lo consideran corto en acciones concretas. Otros, como estos países latinoamericanos y algunos estados insulares, se sienten descontentos, no sólo con el contenido del acuerdo, sino también con la manera en que se ha elaborado. Creen que fueron excluidos del proceso", apuntó McGrath.
La representante de Venezuela aseguró que no estaban dispuestos a "vender su voto por 30.000 millones de dólares", el dinero que, según el acuerdo, se destinará a los países pobres durante los próximos tres años para luchar contra el cambio climático.
Fue a última hora cuando, pese a la falta de consenso y ante la presión de la mayoría de estados, la cumbre salió del estancamiento.
"La conferencia decide tomar nota del Acuerdo de Copenhague del 18 de diciembre de 2009", sentenció el director de la sesión plenaria, el primer ministro danés Lars Lokke Rasmussen, el sábado por la mañana.

Tira y afloja
"Según los expertos, la fórmula adoptada permite que el acuerdo sea operativo, es decir, que las dotaciones económicas previstas puedan llegar a los países en desarrollo a partir del 1 de enero de 2010", agregó McGrath.
Horas antes de la conclusión de la cumbre, Estados Unidos y otros cuatro países pusieron sobre la mesa una propuesta que el presidente estadounidense, Barack Obama, calificó de "acuerdo significativo".
En torno a este documento, los debates se prolongaron durante toda la noche con la intención de evitar que la reunión acabara sin un acuerdo final.
A pesar de que la propuesta ya había recabado el apoyo de la mayoría de los delegados, para que el documento fuera adoptado como acuerdo oficial de Naciones Unidas, era necesaria la aprobación unánime de los 193 estados que participan en la cumbre. Algo que no sucedió.
Acuerdo y dudas
El acuerdo alcanzado incluye la aceptación de limitar el aumento de la temperatura a menos de 2 ºC y promete una inversión de US$30.000 millones en ayuda a los países en desarrollo a lo largo de los próximos tres años.
También establece el objetivo de llegar a los US$100.000 millones anuales para 2020.
Además, el texto presenta un método para verificar la reducción de las emisiones por parte de los estados en desarrollo.
Tras dos demanas de intenso debate, la cumbre de Copenhague deja, al menos, una certeza, el debate sobre el cambio climático está lejos de su fin.

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Morán (PSOE) cree que la cumbre "no es un desastroso final, sino un decepcionante principio"

Fecha de Publicación: 19/12/2009
Fuente: Europa Press
País/Región: Internacional


El secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Hugo Morán, subrayó hoy, ante el acuerdo tomado en la Cumbre sobre el cambio climático, que "Copenhague no es un desastroso final, sino más bien un decepcionante principio".
Morán destacó en un comunicado que esta cumbre "no puede servir de disculpa para que algunos se desentiendan de su cuota de responsabilidad, en el que va a seguir siendo el mayor de los retos al que se enfrente la comunidad internacional en los próximos años" ya que, a su juicio, los efectos del calentamiento global irán en aumento".
Además, el dirigente socialista añadió que "el precario acuerdo al que se ha llegado está lejos de lo que España y la Unión Europea hubieran deseado", en una cumbre donde "finalmente han podido más los intereses económicos y geopolíticos de determinados países, que las conclusiones de la comunidad científica internacional y las evidencias de agotamiento que presentan algunos de los ecosistemas más sensibles del Planeta".
"Quizás el mayor esfuerzo que haya que hacer a partir de ahora se concentre en reconstruir el foro de diálogo multilateral, para evitar que éste dificulte los acuerdos que puedan darse en el futuro", puntualizó.
Morán defendió que "ni España, ni la Unión Europea van a hacer dejación de sus responsabilidades", al mismo tiempo que afirmó que, durante la presidencia española en la Unión Europea, el Gobierno "tomará la sostenibilidad como eje conformador de un nuevo modelo económico tanto para nuestro país como para la UE".
En este sentido, indicó que "el Gobierno de España acudía a Copenhague con un compromiso político en tormo a la Ley y la Estrategia de Economía Sostenible". Por ello, hará que Europa siga apostando por reducir las emisiones de CO2 hasta un 30 por ciento en 2020 y financie a los países con más necesidades para que afronten la reducción de emisiones.
Según apuntó, los socialistas incrementarán su compromiso de construir un nuevo modelo de desarrollo económico sostenible que "dejará atrás las políticas de especulación y consumo ilimitado de recursos naturales".
"Sabemos que estamos poniendo los cimientos de un nuevo derecho de ciudadanía, probablemente el que mejor define el concepto de la solidaridad intergeneracional, y en esta tarea vamos a empeñar nuestros esfuerzos", concluyó.

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Ban Ki-moon dice que se han puesto los cimientos del primer acuerdo global

Fecha de Publicación: 19/12/2009
Fuente: EFE
País/Región: Internacional


El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que la cumbre del cambio climático de Copenhague "se han puesto los cimientos del primer acuerdo global para limitar los gases de efecto invernadero" y aseguró que trabajará "para convertir este texto en un tratado legalmente vinculante en 2010".
En una rueda de prensa en Copenhague, Ban dijo que no podía precisar una fecha, pero recordó que la presidencia de la próxima conferencia sobre cambio climático tendrá lugar el año próximo en México.
También afirmó que se coordinará estrechamente con el presidente mexicano, Felipe Calderón, a quien describió como una persona "comprometida con el medio ambiente".
La Cumbre sobre el cambio climático de Copenhague logró hoy un acuerdo de mínimos, pese a la oposición de varios países y después de un intenso debate que se prolongó durante toda la noche.
La presidencia de la conferencia anunció, de hecho, que había "tomado nota del Acuerdo de Copenhague del 18 de diciembre de 2009", que incluirá en su encabezamiento una lista de los países que apoyan el texto.
La ONU recurrió a esta fórmula para hacer operativo el acuerdo, que fue duramente criticado como ilegítimo por países como Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia y Sudán.

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Un acuerdo de mínimos clausura la Cumbre del Cambio Climático de Copenhague

Fecha de Publicación: 19/12/2009
Fuente: EFE
País/Región: Internacional


Un acuerdo de mínimos y sin carácter vinculante, que ha dejado a muchos participantes decepcionados, ha clausurado hoy la Cumbre de la ONU del Cambio Climático de Copenhague sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El texto acordado en la madrugada, y que debía ser refrendado aún por el pleno de la conferencia, omite el monto global de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, al contrario de lo pretendido por muchos países, y sólo pide "profundos recortes" en este sector sin precisar plazo.
Fue el presidente de EEUU, Barack Obama, el primero en declarar en la capital danesa que el documento, cuando aún se estaba redactando, no sería vinculante, pero que es un "avance sin precedentes y significativo".
En principio, se trataba de un pacto cerrado entre Obama y el presidente sudafricano, Jacob Zuma, y los primeros ministros de India y China, Manmohan Singh y Wen Jiabao, respectivamente, al que luego se adhirió la UE, pero que excluyó a países en desarrollo, incluidos varios latinoamericanos como Venezuela y Bolivia.
La declaración alude a la necesidad de limitar la subida de las temperaturas en 2 grados con respecto al nivel de 1900, aunque no fija qué medidas se adoptarán para ello y en qué plazo temporal.
Pese a que el objetivo de la ONU era que el bloque industrializado adoptara cifras homogéneas de reducción de emisiones tanto para 2020 como para 2050, el texto se limita a recoger las propuestas a medio plazo anunciadas por cada país antes de acudir a la cumbre de Copenhague, en la que han participado 192 países.
El documento también establece la financiación que los países ricos destinarán a la mitigación y adaptación al cambio climático de las naciones en desarrollo y que será de 30.000 millones de dólares entre 2010 y 2012 y de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020.
Entre los insatisfechos estaba el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien admitió que el texto consensuado no era perfecto, pero que era un acuerdo por el que todos los países, incluida China, deberán presentar sus planes para recortar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) hasta el 1 de febrero de 2010.
En una primera reacción, Brasil se mostró "muy decepcionado" por estos resultados y expresó su confianza de que en el 2010 se pueda alcanzar un pacto más sustancioso sobre las emisiones en vistas a la cumbre de diciembre en México.
El embajador de la delegación brasileña, Sergio Serra, dijo en rueda de prensa que "al menos hay un acuerdo que permitirá salvar algo y seguir negociando el próximo año las cifras que aquí no se han concertado".
También las organizaciones ecologistas expresaron su desencanto por este desenlace, cuyas expectativas fuentes cautelosas de Naciones Unidas, como el secretario ejecutivo de la conferencia, Yvo de Boer, ya habían rebajado considerablemente.
Las reacciones negativas de los países en desarrollo y las organizaciones ecologistas, que habían colocado el listón más alto que las delegaciones de los países industrializados, no se hicieron esperar.
Lumumba Stanislaus Di-Aping, portavoz del grupo G77 de los no alineados, comentó que esto no es lo que tenía que haber salido de Copenhague y que es una mera declaración política y propuso que se prolonguen las negociaciones en otros seis meses para alcanzar un acuerdo real.
José Antonio Hernández de Toro, portavoz en España de la organización ecologista Oxfam Internacional, calificó este pacto de "un acuerdo de mínimos", que posiblemente se cierre con una declaración política.
Mar Asunción, de la organización WWF España, comentó que lo pactado en Copenhague es "insuficiente" y que en México, donde tendrá lugar la próxima cumbre del cambio climático en 2010, habrá que lograr un acuerdo vinculante sobre las emisiones.
Agregó que también es insuficiente el compromiso de financiación a los países pobres para mitigar los efectos de las emisiones y que no está clara la procedencia de los 100.000 millones de dólares anuales que deberán aportar las naciones ricas a partir del 2020.

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Un pacto climático bajo mínimos

Fecha de Publicación: 19/12/2009
Fuente: El País (España)
País/Región: Internacional


Obama acuerda con China y los países emergentes un pacto que considera "un primer paso".- La Cumbre del Clima rebaja sus expectativas para salvar la cara
Estados Unidos, China y otros gigantes en desarrollo como China, India y Brasil cerraron este viernes por la noche un acuerdo raquítico para salvar la cara en la Cumbre del Clima de Copenhague. Tras acordarlo a puerta cerrada, Obama comunicó el acuerdo a la UE, que lo aceptó. El texto, de tres folios, ni incluye cifras de reducción de emisiones -todos los países se comprometen a presentarlas el 1 de febrero de 2010- y no incluye el concepto "verificación" de emisiones, que tanto molestaba a China. En su lugar, la transparencia que era clave queda como que habrá un sistema "internacional de análisis y consultas" que queda por definir.
Tan vago era el resultado de una cumbre tan grande y con tantas expectativas que los presidentes que gestaron el acuerdo salieron cada uno por una puerta sin hacerse la foto de familia.
Con el pacto, los gigantes pretendieron salvar un trámite. 24 horas de negociaciones con jefes de Estado y Gobierno no dieron para más. Y como nadie quería aparecer como el que rompió el acuerdo, los negociadores optaron por ir rebajándolo hasta cerca del suelo.
El texto sí mantiene el objetivo de que la temperatura no suba más de dos grados centígrados para evitar "una interferencia peligrosa" con el clima. Pero sólo dice que las emisiones deberán tocar techo "lo antes posible" -al principio de la cumbre el objetivo era fijarlo en 2020- y no fija objetivos para 2050.
El embajador brasileño de cambio climático, Sergio Serra, explicó que el acuerdo se cocinó en una reunión convocada a media tarde por el primer ministro chino Wen Jiabao. Primero acudieron Lula y los presidentes de India y Sudáfrica, los cuatro grandes emergentes y una hora después apareció Obama. Una vez acordado, el presidente de EEUU fue "a comunicárselo a los europeos", según Serra.
"Ningún país está del todo satisfecho pero es un paso significativo e histórico", dijo un portavoz de la Casa Blanca. El acuerdo "no es suficiente para combatir la amenaza del cambio climático pero es un importante primer paso".
Serra admitió que es "un acuerdo de compromiso". Sobre por qué no habían informado a la UE, Serra lo despachó con un "no creo que la UE tenga ningún problema ya que la clave de EEUU que exigía la transparencia de los países en desarrollo y la UE no fue tan dura".
La fórmula de la transparencia deja claro que la comunicación a la ONU la hará cada país y que "se respetará la soberanía nacional". Las acciones de reducción de emisiones que se hagan con dinero internacional sí estarán sujetas al completo sistema de comprobación. China ha declarado que no quería dinero sino no verse sujeta a las reglas de la contabilidad internacional".
Obama explicó que el acuerdo "no será legalmente vinculante pero cada país enseñará al mundo lo que está haciendo".Aunque el acuerdo queda muy lejos de las aspiraciones de la UE, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que "todos los países aceptan el acuerdo" y pasadas las 23.00 seguía sin dar una valoración oficial. Los Veintisiete seguían debatiendo si el acuerdo era suficiente como para elevar su oferta de reducción de emisiones hasta el 30%. "Confío en que subamos la oferta", explicó en los pasillos Josef Matthias Leinen, el portavoz del Parlamento Europeo, que a la vez se mostró "decepcionado" con el resultado.
Los textos reflejaban el lúgubre ambiente que todo el día presidió la cumbre. Obama llegó a primera hora de la mañana a Copenhague, se reunió con Wen Jiabao, y se unió a la negociación que desde la noche antes llevaban a cabo a puerta cerrada 25 países escogidos. Allí estaban las grandes potencias (EE UU, China, Alemania, Reino Unido, Francia, India, Japón, Brasil, Rusia o México) pero también España y Suecia (por la UE), Leshoto, Etiopía o Suráfrica, Sudán (por África) Maldivas (por las islas que se van a hundir con la subida del nivel del mar) y Arabia Saudí (por los países petroleros).
Los primeros ministros entraban y salían aunque sobre las dos de la mañana del viernes la mayoría dejó a sus delegados. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, estuvo por la noche y volvió a las 08.46 de este viernes y permaneció todo el día en el centro de convenciones.
Uno de los presentes explicó que estar en la reunión a puerta cerrada era sentirse parte de algo importante: "En un momento el negociador chino, Su Wei, entró gritando y el sudanés -que preside el G77- le mandó callar llevándose tranquilamente el índice a los labios e indicándole su silla".
Durante la madrugada del viernes, comenzaron a preparar borradores de lo que iban a llamar el Acuerdo de Copenhague, que queda muy lejos de lo pactado en Bali en 2007, cuando los países acordaron tener aquí un tratado que sustituyera al de Kioto, que caduca en 2013. En noviembre pasado, en Barcelona, quedó claro que no habría tal tratado y que en su lugar bastaría con un acuerdo político, y ayer ya valía casi cualquier cosa.
La reunión a puerta cerrada se prolongó tanto que hizo la situación era insostenible fuera de allí. En el plenario, los primeros ministros que no habían sido elegidos esperaban con cara de palo. El circuito cerrado de televisión enfocaba al israelí Simón Peres, al turco Erdogan o a Hugo Chávez y Evo Morales sin cara de pasarlo bien. No son gente acostumbrada a esperar.
Azorado, el primer ministro danés, Lars Okke Rasmussen, paseaba por la tribuna y cada cierto tiempo pedía perdón por el retraso. Finalmente, a media mañana, los principales dirigentes entraban al lugar de la reunión. Los días previos habían hablado más de 100 líderes -a tres minutos cada uno que ninguno respetó- en sesiones maratonianas hasta la madrugada. La cumbre sólo reservó para ayer los discursos de Obama y Wen Jibao. Quedó claro así quién mandaba: los únicos que podían bloquear la negociación y sacarla adelante.
Cuando por fin entraron, los delegados pensaron que había llegado el momento que llevaban dos semanas -dos años en realidad- esperando. Que esa era la hora en la que Obama y Jibao despejarían el camino para que el mundo recibiera la foto y el acuerdo que iba a salvar el planeta. Pero Jiabao se enredó en un discurso frío leído a toda velocidad del que no se sacó nada en claro.

Obama, tenso
Después de Jiabao subió Obama a la tribuna. La UE aún esperaba que hiciera algún movimiento en reducción de emisiones, un guiño al menos de que podía ampliar su oferta de recortar el 17% la emisión en 2020 respecto a 2005 (lo que supone sólo un 4% respecto a 1990). Pero Obama no se movió. En un discurso frío, tenso, como si estuviera enfadado, puso toda la presión en China. Sin transparencia, declaró, el acuerdo serán "palabras vacías en una página de papel". El presidente de EE UU llevaba un discurso preparado para el acuerdo. En el texto que repartió la Casa Blanca ponía "las piezas del acuerdo ya están claras", pero él leyó "deberían estar claras".
Obama venía para firmar un acuerdo y se encontraba con una situación bloqueada y con todos los focos sobre su cara. "La última vez que fue a Copenhague se volvió sin nada" subtitulada la CNN, en alusión a la ceremonia en la misma ciudad dos meses antes en la que Río venció a Chicago como sede de los Juegos Olímpicos.
"Podemos abrazar este acuerdo y ser parte de la historia y mejorar la vida de nuestros hijos y nietos. O podemos elegir el retraso con los mismos argumentos inamovibles durante décadas mientras el peligro crece hasta que sea irreparable. No hay tiempo que perder. América ha elegido su opción. Estamos dispuestos a hacerlo pero tiene que haber movimientos de todas las partes".
Tras los discursos, la negociación volvió a la puerta cerrada durante otras largas horas. Sólo el brasileño Lula da Silva mostró algo de pasión. Tras declararse "frustrado", anunció que Brasil estaba dispuesta a poner dinero sobre la mesa pese a ser un país en desarrollo: "Si es necesario que hagamos más sacrificio, Brasil está dispuesto a poner dinero para ayudar a otros países, lo haremos. Lo que no estamos de acuerdo es que las principales figuras del planeta firmen cualquier papel sólo para decir que han firmado un acuerdo". Lula afirmó que sólo "un milagro" podría salvar Copenhague. "Como creo en Dios creo en los milagros", concluyó. Es dudoso si lo ocurrido por la noche puede ser calificado de tal.

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