La salud mental el otro impacto del cambio climático



Estudio revela impacto del cambio climático en la salud mental

Fecha de Publicación
: 09/04/2017
Fuente: Telemundo
País/Región: Internacional


En el momento de pensar en el cambio climático, la mayoría de los estudios y de las publicaciones se concentran en los efectos de este fenómeno para el medio ambiente y la salud física del ser humano, pero hasta ahora no se ha tenido en cuenta a la salud mental.
Este ha sido el objetivo de un extenso informe elaborado por la Asociación Psicológica Americana (American Psychological Association) y ecoAmerica, una organización sin fines de lucro, que concluye que el cambio climático, al provocar desastres naturales y otros fenómenos meteorológicos de gran magnitud, tienden a generar en la psiquis del ser humanos sentimientos de ira, incertidumbre, terror o pánico, que en función de su intensidad pueden provocar un estrés postraumático de mayor envergadura.
Esto es lo que sucede cuando, en medio de un evento meteorológico intenso, las personas resultan heridas o lesionadas, pierden un ser querido o ven desaparecer los pocos bienes personales que han podido acaparar con muchos años de esfuerzo.
Este estudio titulado 'Salud Mental y Nuestro Clima Cambiante: Impactos, Implicaciones y Orientación' ha tenido en cuenta, por ejemplo, la tendencia creciente a optar por el suicidio (o a pensar intensamente en este tipo muerte), como consecuencia de los desastres ocasionados por la irrupción del huracán ‘Katrina’ en el sur de Estados Unidos, en 2005.
Ese año, una de cada seis personas evidenció síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), mientras un 49% desarrolló ansiedad o trastornos del estado de ánimo, como la depresión.
También se ha demostrado que tras el huracán Sandy, ocurrido en 2012, casi un 15 % de los residentes afectados presentaban síntomas de TEPT.
Sin embargo, a pesar de enfocarse también en los efectos físicos del cambio climático, como las enfermedades pulmonares y cardiacas, la desnutrición y el mayor riesgo de asma y de enfermedades transmitidas por los insectos, este estudio insiste en que el impacto del cambio climático en la salud mental humana no se circunscribe exclusivamente a escenarios de desastres; pues otros impactos significativos pueden evidenciarse en el ser humano de hoy a partir de cambios climáticos a largo plazo.
Comoquiera que estas modificaciones en el entorno inciden en la agricultura, la infraestructura y la habitabilidad, esto afecta las estructuras de las áreas poblacionales, obligando a las personas a emigrar al ver mermada su calidad de vida.
Este fenómeno que se produce lentamente pudiera conducir a la pérdida de la identidad personal y profesional, al descalabro de las estructuras de apoyo social, al desbalance del sentido de control y la autonomía, así como a la aparición de efectos nocivos en la salud mental, como sentimientos de impotencia, miedo y fatalismo.
Por ejemplo, ya es constatable la repercusión del cambio climático a nivel comunitario; ejemplificados a través de la hostilidad y la agresión interpersonal e intergrupal. Tal es el caso de las comunidades indígenas, donde niños y adultos que dependen del entorno natural suelen experimentar impactos desproporcionados en la salud mental.
Este alto nivel de estrés y de ansiedad generado a la larga por el cambio climático repercuten en la salud física y conducen a un debilitamiento del sistema inmunológico humano. A ello debería sumársele que el estrés suele relacionarse con el abuso de sustancias, y con los trastornos de ansiedad y depresión, de acuerdo con este informe.
"Los impactos del cambio climático no se restringirán a los que se vean directamente afectados", advirtió Susan Clayton, coautora de este informe.
El cambio climático presenta "una amenaza mucho más general para nuestro bienestar a través de impactos directos e indirectos en la salud mental", enfatizó Clayton, profesora de psicología en el Colegio de Wooster, de Ohio.
El daño más sutil, aunque no menos peligroso, de este fenómeno tiene que ver con la vulnerabilidad emocional que producen modificaciones menos evidentes del clima, como una peor calidad del aire, la prevalencia de una sequía, el declive sostenido en la disponibilidad de los alimentos y el aumento en el estrés relacionado con el calor. Toda esta amalgama termina afectando a nuestra salud mental, según han advertido los psicólogos.
De acuerdo con los estudiosos, solo fortaleciendo la salud mental de millones de personas y generando un escudo de resiliencia podría hacerse frente a los efectos psicológicos negativos del cambio climático. Un ejemplo de esta protección se encuentra curiosamente en las redes sociales.
“La capacidad personal de los individuos para soportar el trauma aumenta cuando están conectados a sus redes ‘offline’ y ‘online’”, puntualiza este documento. “Los investigadores han encontrado que los niveles más altos de apoyo social durante el evento, así como tras las secuelas de un desastre, están asociados con menores tasas de angustia psicológica”, abunda el texto.
“Las conexiones sociales son muy importantes para el bienestar de los individuos en las mejores épocas, y son un indicador clave de resiliencia tras los eventos negativos”, concluyó Susan Clayton.
El informe también insiste en que la adopción de políticas respetuosas con el medio ambiente y las opciones de estilo de vida pueden tener un efecto positivo en la salud mental. Entre tantas opciones se encuentra ir al trabajo a pie o en bicicleta, una tendencia que cada vez se asocia con menos niveles de estrés.
En caso de no ser posible por alguna que otra razón, pues se recomienda el uso del transporte, al que se le asocia con un aumento de la cohesión de la comunidad, además de la reducción de los síntomas de depresión y estrés.
También se recomienda que se incremente el acceso a parques y otras áreas verdes, pues se sabe que el contacto directo con la naturaleza reduce los niveles de estrés y las enfermedades que se le relacionan, más allá del estatus socioeconómico, la edad o el sexo de la persona implicada.
Este informe aparece justo cuando la administración Trump se empeña en deshacer las protecciones ambientales priorizadas por el gobierno de Barack Obama.
El estudio se hace público además cuando se tienen reales evidencias de que la incidencia de olas de calor se triplicó entre 2011 y 2012, al tiempo que se proyecta que el alza de las temperaturas provoque un aumento de entre las 8 pulgadas (20 centímetros) y los 6,5 pies (casi dos metros) en el nivel del mar para el año 2100.
Tal solo este fenómeno supondría una amenaza para casi 8 millones de estadounidenses que residen en regiones costeras.
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